• Gremio industrial señala que en el corto plazo se requiere también ejecutar medidas que generen confianza y resultados en los primeros 100 días del nuevo Gobierno.
Lima, 06 de julio de 2016.- En los años 90, el Perú empezó a ejecutar las reformas económicas e institucionales que le permitieran cimentar las bases para lograr el anhelado desarrollo. Sin embargo, y pese al crecimiento sostenido de nuestro país en los últimos años, muchas reformas se quedaron a medio terminar o pendientes de iniciarse; por ello, con la reducción de los precios de los minerales, se hizo evidente la necesidad de ejecutar reformas que ayuden a aumentar la productividad y la competitividad de la economía peruana.
Al respecto, el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), Andreas von Wedemeyer, señaló que la ausencia de reformas estructurales es la que actualmente no permite reducir la informalidad que afecta a más de 11 millones de trabajadores (los cuales no gozan de derechos ni beneficios laborales), y tampoco facilita la lucha contra la pobreza que afecta a cerca de 7 millones de peruanos.
Sostuvo que si bien en el mediano plazo se requiere implementar políticas de Estado integradas en áreas centrales como Educación, Salud, Infraestructura, Institucionalidad, reforma del Estado, Laboral, ordenamiento territorial, sistema de pensiones, conectividad, entre otros; en el corto plazo, se requiere también ejecutar medidas que generen confianza y resultados inmediatos en los primeros 100 días del nuevo Gobierno.
Von Wedemeyer afirmó que las medidas que se anuncien en los tres primeros meses deben inyectar un shock de confianza; por lo que no deben ser aisladas, sino que entre ellas se retroalimenten.
“Estas medidas deben apuntar a mejorar los niveles de competitividad de la economía, a destrabar proyectos, a reducir la informalidad, fortalecer la institucionalidad y reducir la inseguridad ciudadana”, consideró.
Asimismo, detalló que estas “primeras reformas” deben cumplir cuatro condiciones: que exista consenso en el diagnóstico del problema que se abordará, que su implementación no sea costosa fiscalmente hablando, que tenga un costo-beneficio positivo para la sociedad y que pueda ejecutarse en unos seis meses.
El líder industrial dijo que si la próxima administración gubernamental da señales claras e inequívocas de querer realizar estas reformas, la confianza empresarial se fortalecerá. “No olvidemos que la inversión privada viene cayendo por nueve trimestres consecutivos. Tratar de cambiar esa tendencia es un proceso; por ello, las buenas señales son vitales para facilitarlo. No podemos darnos el lujo de seguir postergando las reformas”, expresó.
La industria es clave
Von Wedemeyer resaltó el rol que tiene la industria en la economía peruana, pues aporta un 16% al PBI, lo que la convierte en el sector productivo de mayor peso en la producción nacional. Recordó que la manufactura está afrontando un periodo de recesión que empezó en el 2014 y que ha llevado a un debilitamiento en la generación del empleo industrial formal en empresas de más de 10 trabajadores, la cual solo en marzo de este año cayó 2.5%.
Agregó que si bien el Perú ha suscrito varios tratados de libre comercio con la mayor parte de nuestros socios comerciales, para poder aprovecharlos tenemos que contar con marcos regulatorios competitivos a nivel internacional; especialmente, en materia laboral, tributaria, aduanera y logística; y promoción de la productividad.