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No existe desarrollo económico ni social con corrupción.
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Gremio señaló que en el Perú debe haber seguridad jurídica y predictibilidad en la resolución de conflictos.
Lima, 13 de julio de 2018.- La Sociedad Nacional de Industrias (SNI) apoya la decisión del Poder Ejecutivo de conformar y designar la Comisión de Reforma del Poder Judicial, la misma que será presidida por el embajador Allan Wagner Tizón, cuya trayectoria ética y profesional en defensa de la democracia e institucionalidad asegura un trabajo técnico de alto nivel, cuyas propuestas para reformar el sistema de administración de justicia redundará en beneficio de la sociedad.
El presidente del gremio, Ricardo Márquez, aseguró que la rápida acción del Ejecutivo contribuirá a reformar el sistema judicial con el objetivo de tener una administración eficaz y eficiente, que es lo que requieren con urgencia las inversiones en el país, debido a que actualmente la productividad y la competitividad de las empresas muchas veces son afectadas por la discrecionalidad de las decisiones judiciales.
El titular de la SNI, expresó su rechazo categórico a todo acto de corrupción, sea público o privado. “La lucha contra la corrupción debe continuar y las investigaciones a los implicados en estas prácticas deben realizarse con imparcialidad, severidad y rapidez, porque el país necesita contar con instituciones sólidas y esto no es posible sin un sistema de justicia que ofrezca transparencia, celeridad, imparcialidad y predictibilidad. No existe desarrollo económico ni social con corrupción”, puntualizó.
Asimismo, Márquez afirmó, que para el desarrollo de las iniciativas privadas y la promoción de las inversiones, es indispensable que exista seguridad jurídica; así como predictibilidad en la resolución de conflictos. En ese sentido, apuntó que una mala señal es que los protocolos laborales, en su definición y aplicación, lleguen hasta el Tribunal Constitucional por no haber uniformidad de criterio en el sistema laboral.
El empresario industrial, agregó que esta situación está motivando que algunas transnacionales muden sus operaciones del Perú hacia otros países, y ahora importemos productos que antes elaborábamos localmente.