- A nivel mundial, el promedio destinado al consumo humano directo (CHD) es de 88,8%.
- Solo el 1,8% de la producción nacional proviene de la acuicultura, frente al 59,7% global.
Lima, 31 de julio de 2025. – A pesar de ser alimentos claves para combatir la anemia y la desnutrición crónica, en el Perú solo el 21,5% de los recursos hidrobiológicos (peces, moluscos, crustáceos, entre otros) se destinan al consumo humano directo (CHD), mientras que el 78,5% se orienta al consumo humano indirecto (CHI), principalmente para la producción de harina y aceite de pescado. Así lo revela el informe sectorial del Instituto de Estudios Económicos y Sociales (IEES) de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
En contraste, el promedio mundial de CHD es de 88,8%. Esta marcada diferencia ha generado que el Perú se consolide como el principal exportador mundial de harina y aceite de pescado; sin embargo, ocupa el puesto 30 en exportaciones de productos pesqueros destinados a la alimentación directa.
La acuicultura: oportunidad no aprovechada
El estudio del IEES de la SNI también revela que, aunque el Perú es la sexta economía pesquera del mundo por volumen de extracción y la primera en América Latina, la acuicultura —actividad clave para el desarrollo sostenible del sector— apenas representa el 1,8% de la producción nacional. No obstante, a nivel mundial, la participación de esta modalidad en la producción pesquera ha crecido de manera sostenida, pasando del 16,7% en 1990 al 59,7% en 2023.
Ante este panorama, el IEES de la SNI sugiere diseñar e implementar políticas públicas orientadas a fortalecer el consumo humano directo y fomentar el desarrollo de la acuicultura, con el fin de lograr una extracción sostenible y una mayor disponibilidad de recursos hidrobiológicos para el consumo nacional.
El instituto recuerda que el Perú cuenta con una rica biodiversidad y condiciones ambientales privilegiadas para el desarrollo de la acuicultura, las cuales, bien aprovechadas, podrían contribuir significativamente a la seguridad alimentaria, la generación de empleo y el dinamismo económico.
Además, el país dispone de una vasta riqueza hídrica que podría potenciar esta actividad, con más de mil ríos, 12 mil lagunas y más de tres mil glaciares, según datos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA).